NOCHE DE BRUJAS


Dos mujeres, dos vecinas que les había ido muy bien en la vida, ambas estaban casadas, residían en el barrio residencial más caro de la ciudad y gozaban de todo tipo de lujos, pero detrás de esa fachada, el odio y el rencor que sentían la una por la otra no hacía más que crecer dentro de ella scon el paso de los años, y aprovechaban cualquier excusa o situación para competir y ridiculizarse la una a la otra.

Este año no iba a ser la excepción, ya que, en el barrio se celebraba un concurso por Halloween, para ver quién llevaba el mejor disfraz y qué casa había sido mejor adornada.
Tanto Sara como Cathy, confiaban en que ganarían ambos concursos.

Sara, había contratado a una diseñadora de ropa famosa, para que le creara el disfraz de vampiresa más espectacular y sexy que jamás se había visto, incluso le habían confeccionado una prótesis dental a medida, para simular sus colmillos. El resultado, era digno de súper producción de Hollywood.
Por su parte Cathy, llevaba un disfraz de bruja espectacular, no resaltaba su belleza como el de Sara, pero era mucho más aterrador, y había preparado varios trucos de magia para impresionar asustar a los más valientes.
En cuanto a la decoración, ambas habían tirado la casa por la ventana, y habían gastado varios miles de euros en iluminación, telarañas falsas, máquinas de humo seco, las más espectaculares calabazas talladas a mano y muñecos a tamaño real de todo tipo de monstruos.
Antes de comenzar los concursos, ambas se dedicaron una mirada mezclada de odio y burla, pensando que la otra no tenía ninguna opción de ganar, ya que cada una de ellas guardaba un as en la manga para resultar ganadora.
El concurso de disfraces transcurrió según lo previsto y finalmente, las dos casas mejor decoradas eran las de Sara y Cathy. El jurado, se acercó a la casa de Sara, y allí empezó el verdadero festival: fuegos pirotécnicos, juegos de luces sincronizados con la música que eran coordinados por unos especialistas coreanos, que le habían costado un ojo de la cara a Sara. Una decoración que parecía salida de una de las atracciones de un parque de diversiones. Pero el plato fuerte, fue cuando liberaron al menos cien gatos negros, que tenían enjaulados y dispuestos a hacer aparición cuando acabara la música.
La gente, quedó impresionada y estalló en aplausos, Cathy también quedó un poco preocupada, su sorpresa también era espectacular, pero no esperaba que la competición fuese tan reñida.  Rápidamente, se apresuró a regresar a casa , para coordinar el espectáculo, diez minutos después, el jurado visitaría su hogar y tenía que estar todo dispuesto.
Al llegar, ordenó a los bailarines y técnicos de sonido que había contratado que se colocaran en sus puestos; pero estaba nerviosa, muy nerviosa, y la gente cuando se encuentra en ese estado, tiende a cometer errores.
El jurado llegó y su función comenzó, la casa en una completa oscuridad, se iba iluminando a trozos y en cada una de las ventanas, una pantalla y un proyector colocado por detrás, mostraban diferentes habitaciones, en las que había asesinos, se escuchaban gritos de terror, la sangre salpicaba, y aparecían fantasmas. Sin duda, Cathy, había optado más por el terror que por el espectáculo audiovisual como Sara. Pero su plato fuerte, estaba a punto de comenzar…
El jurado tenía que tomar una decisión entre Sara y Cathy.
La falsa sonrisa de ambas mientras se mostraban en público, mas que de un concurso entre vecinos de Haloween era digna de un concurso de reinas de belleza. Ambas, tenían preparado su discurso de falsa modestia y fingida sorpresa. Lo que no esperaba Cathy, era que Sara, mientras estaban en el escenario,  abriera un poco más la raja de su falda, mostrando una de sus espectaculares piernas y dejando embelesado al jurado masculino, que no dudó en coronarla como mejor disfraz. Cathy se horrorizó, si perdía el premio a mejor decoración, Sara, se lo estaría restregando en la cara, todo el año.
Pero su última escena no podía fallar; al ritmo de Thriller de Michael Jackson, una manos empezaron a salir de debajo de la tierra de su jardín. Un espectacular grupo de baile disfrazado de zombis, apareció en el cementerio figurado que había en su jardín y comenzó a bailar de forma sincronizada.
La gente bailaba, reía y grababa en vídeo todo el espectáculo, sin duda, todo estaba saliendo a la perfección. Cathy, desde lo alto de un árbol de su jardín, preparaba el truco final, un conjunto de arneses atados a una rama alta servirían para que ella hiciera su aparición volando sobre su escoba. Era un sistema complicado, que le habían tenido que explicar más de diez veces unos especialistas en escalada. Pero los del momento le jugaron una mala pasada provocando un error fatal. Una de las cuerdas había quedado mal fijada y se soltó cuando Cathy saltó del árbol, para aparecer volando sobre los zombis…
La cuerda restante, se enredó en su ropa, y el peso de su cuerpo comenzó a ahogarla, pero para su desgracia la muerte no tuvo la bondad de partirle el cuello; en su lugar comenzó a asfixiarse lentamente mientras pataleaba luchando por su v1da.
La gente, no salía de su asombro, pensando que se trataba de parte del espectáculo aplaudían y coreaban el nombre de Cathy en lugar de ver que estaba a punto de morir. La canción terminó y la risa malévola de la canción de Michael Jackson dio el broche final a una función impresionante. Las palrnas de Cathy perdieron su fuerza y dejaron de moverse. Murió ahorcada sin que nadie se diera cuenta, a pesar de que decenas de personas la vieron, pensaron que era parte del espectáculo.
Nadie dudó de que Cathy debía ganar, incluso Sara reconoció en sus adentros, que había sido vencida. El jurado dictaminó que era la ganadora del primer premio, a la casa mejor decorada, pero nadie acudió a recoger el premio.
Mientras la gente se preguntaba dónde estaba Cathy, un grupo de niños, se divertía jugando con el “muñeco” de bruja que colgaba del árbol. Le tiraban piedras y caramelos, pero estaba tan bien hecho y daba tanto miedo que ninguno se atrevió a acercarse demasiado.
Hasta el día siguiente, nadie se dio cuenta que la bruja ahorcada que había en el jardín, era en realidad Cathy.


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